Experiencia vs Inexperiencia
Actualmente,
en el mercado laboral, se presenta un escenario en el que las empresas buscan a
profesionales capaces para desempeñarse en el puesto vacante que tienen. Pero
estas se encuentran con un dilema, el contratar a un personal con experiencia o
uno sin ella.
El
asunto es que el primero, ya cuenta con las capacidades y bagaje profesional,
que garantizan a la empresa un buen desenvolvimiento de sus capacidades en el
puesto, sin invertir mayores recursos en su introducción; como capacitaciones y
errores. Solo que este profesional con experiencia ya tiene sus propias
costumbres, sus propios métodos y en muchas ocasiones es difícil adecuarlas a
los principios y valores que se manejan en el ambiente laboral de la empresa a
la cual van a entrar, lo que genera la posibilidad de que no sean compatibles y
en determinado momento se genere un conflicto de intereses.
Provocando el
despido o renuncia de parte del profesional, lo que a su vez puede provocar
inestabilidad laboral con sus subordinados o compañeros de trabajo, procesos de
trabajo incompletos, cartera de clientes perdida, gastos imprevistos, como
indemnizaciones, etc.
Por
otro lado, está el profesional joven, sin experiencia, solo con su capacidad,
energía y entusiasmo para desempeñar cualquier cargo que esté en relación a sus
competencias. Este profesional, con la debida motivación, que puede ser
inculcada por la empresa a la que pertenecerá, puede que se vuelva un pilar
para aumentar la rentabilidad del negocio, al mismo tiempo que su desarrollo
profesional, encauzados dentro del marco de la filosofía empresarial.
Entonces,
las empresas tienen este dilema, contratar a un profesional con experiencia,
pero con la posibilidad de que introduzca aspectos incompatibles con la
filosofía propia del negocio o contratar a un profesional joven, capaz y con el
entusiasmo para desarrollarse dentro de ella, ganando experiencia y
convirtiéndose así en capital humano importante.
APORTE
VIVENCIAL
Recientemente, converse con un empresario que prefería contratar personas sin experiencia,
según sus propias palabras “con el disco en blanco” debido a que en su camino,
se había encontrado con empleados que le hicieron desconfiar de profesionales
con experiencia, decía: “ya traen sus mañas”. Manifestaba, además, que prefería
enseñarles el modo de hacer las cosas, según los criterios de su compañía.
Entonces…
¿será que esta es una excepción a la regla o cada vez son más las personas que están
dando la oportunidad a nuevos talentos?
Podría
ser que no solo el dinamismo, capacidad y deseo de aprender atraen la atención
de los reclutadores, una variable que llama mi atención, es que los
profesionales “de disco en blanco” están deseosos de recibir una oportunidad, a pesar de percibir honorarios bajos, talvés
sea esta otra causa por la que principalmente las empresas están requiriendo de
sus servicios.
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